Nos levantamos, desayunamos en el Dixon Residence y salimos hacia el Circular Quay para coger el barco. Vamos en bus para ver si vamos consumiendo el dinero que nos queda en la Opal Card, pero no hay manera. Tenemos 50% de descuento por haber realizado más de 8 viajes durante la semana y a eso hay que sumarle el 50% por ser domingo. Viaje en bus al muelle 1.07$, barco de 30 minutos a Manly 1.53€, regreso del barco 0$ regreso del bus 0$: total 1.70€ ida y vuelta.
Antes de coger el barco visitamos el Museo de Arte Contemporáneo que está en el mismo muelle. Pasamos un rato muy agradable viendo las obras de artistas australianos y tomando café en la azotea con vistas al puente.
El barco va muy lleno, se nota que es domingo. Las vistas de la ópera y de Sidney son espectaculares. El tiempo está medio raro y muy ventoso.
Compramos comida en el Aldi del muelle y paseamos por la calle El Corso que comunica las dos preciosas bahías. A pesar de las olas vemos una playa al final, Shelly beach, que le han recomendado a Ana. Recorremos el agradable paseo que une las dos playas. Ana se compra "fish & chips" y comemos en una mesa de la playa con una botellita de vino blanco local. Nos bañamos y buceamos.
El tiempo nos da una tregua y sale el sol.
Ana y Emili se van a dar una vuelta mientras Serge sigue a remojo.
Empieza a llover y nos refugiamos en un bar tomando más vinito blanco. La simpática camarera es mejicana y entablamos una agradable conversación con ella.
Volvemos hacia el hotel y decidimos ir a un restaurante filipino del barrio.
Tras asearnos y descansar un poco, descubrimos que el restaurante filipino ya ha cerrado la cocina (21:00 es tarde para estos lares). Por suerte cerca hay un restaurante que anuncia buena carne de ternera. Aprendemos a pedir los 6 puntos de cocción de la carne y nos comemos unos buenos entrecots Ana y Emili mientras que Serge opta por una hamburguesa.
Salimos a despedirnos de la Ópera de Sidney, cogemos un tren que nos lleva al Milston Point donde hay una vista excepcional del puente y de la Ópera. Damos una vuelta por Luna Park un parque de atracciones de comienzos del siglo XX. Milagrosamente aparece un barco que nos devuelve al Circular Quai y tomamos otro tren hacia la zona del hotel. Todo el transporte es gratis y no sabemos porqué.
Ya de vuelta al hotel nos acabamos dos cervezas y nos acostamos para descansar ya que mañana nos espera La Gran Barrera de Coral.
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